"Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices". (Victor Hugo)
martes, 10 de julio de 2012
martes, 6 de enero de 2009
Feliz humanidad.
¿Por qué en ocasiones sentimos que somos molestos para las personas que queremos y que de una forma u otra nos han hecho saber que somos importantes para ellos?
Las respuestas podrían ser muchas, y, existirán desde las caseras hasta las teorías psicológicas mas elaboradas, sin embargo es bueno aceptar que lo mejor que nos puede suceder es que sea por alguno de los siguientes motivos.
1.- Hartazgo natural después de que aquellos momentos que compartían dejaron de ser novedosos y/o importantes.
2.- Sentimiento de pérdida de espacio vital aún cuando en su corazón sigan guardando un espacio importante para el ti.
3.- Desilusión y rechazo porque no eres precisamente lo que pensaban o bien porque sigues siendo el mismo y los otros han evolucionado.
En verdad, cualquiera de estas razones es aceptable, aun cuando no deja de ser triste por la consecuente lejanía (corta o larga) que se ha producido o que en algún momento se producirá. Sin embargo lo que si sería realmente doloroso, es que la distancia fuera la consecuencia de que los otros se sientan heridos por alguna palabra o acción y ante la duda se inclinen a creer que el hecho fue a propósito y con intención de lastimar. No debemos dejar que esto último sea lo que invada nuestro corazón porque entonces si perderíamos la oportunidad de volver a alegrarnos junto a esos otros que nos han acompañado en diversos momentos.
Hoy presento esta reflexión porque durante mi transito por esta vida he logrado cosechar momentos realmente maravillosos junto a personas verdaderamente valiosas y que nunca dejaré de admirar por quienes fueron, son y llegarán a ser. En diversos momentos de la vida me ha tocado incrustar en el corazón un diamante que representa lo valiosa que ha sido una persona en particular, hoy, llegó otra vez el momento de alojar un diamante y claro, el hecho duele porque necesariamente se tiene que hacer un hueco profundo ya que aun cuando no se sabe por cuanto tiempo se dará la lejanía es necesario que quede bien fijo en el corazón ese diamante para que jamás se caiga y siempre me acompañe el recuerdo de la persona y los momentos compartidos; porque eso si, como dice Fernando Delgadillo, aún cuando la vida nos mande llamar y el viento nos aleje como hojas que vienen y van, lo importante es no guardar rencores porque la vida es así y el viento unirá nuevamente las hojas y llegará el momento en que se reúnan llenando nuevamente su corazón de felicidad y fe en la humanidad.
martes, 29 de enero de 2008
Último informe de Bush.
¡Cuidado!... que vigentes están hoy y han estado las palabras de José Saramago, ¿hasta cuando el “Factor Díos” seguirá opacando la esencia del hombre, hasta cuando comenzaremos a humanizarnos, hasta cuando nos haremos responsables de nuestra vida, de nuestras decisiones, de nuestra falta de humanidad? ¿Hasta cuándo el “Factor Dios” encubrirá nuestra cobardía?
Escucha la narración del Factor Dios de Saramago.
domingo, 13 de enero de 2008
El Amor Platónico y las Semillas
No fue hasta que leí dos veces el Banquete y que releí la historia de las semillas que entendí, creo, el significado del Amor. En definitiva el amor es el que engendra y da a luz lo “bello” que existe en el hombre y le deja, a su vez una cuantiosa herencia que no tiene que ver con el mundo material; dicha herencia son las virtudes.
Entiendo también, que quién se dedica a educar –que ahora mismo pienso que somos todos los humanos sea cual sea nuestra profesión – tiene la maravillosa oportunidad de trascender al sembrar en los otros las semillas de los valores humanos.
Este Amor, va mas allá de la posesión de bienes o de la satisfacción de deseos, porque su fruto a pesar de ser intangible alimenta el alma de quién lo engendra y de quién lo recibe.
Pero para que el Amor Platónico sea, requiere de la congruencia, sabiduría y templaza de las que fue ejemplo Sócrates al no aprovecharse de la admiración y “enamoramiento” de Alcibíades. Con su ejemplo le demostró a éste que lo amaba.
01-01-2008
domingo, 4 de noviembre de 2007
Mi viaje a la India. I / Sabrina Aldana Rovelo
Han pasado ya casi dos meses de que partí a Calcuta a hacer voluntariado. El relato de este viaje lo empecé tan pronto volví, pero entre que no le dediqué suficiente tiempo y que nunca parecía decir exactamente lo que yo quería, no lo había dado por concluido. Así pasaron un par de semanas y luego me fui a Galápagos, intenté acabarlo, pero la emoción del otro viaje se entrometía y no podía terminarlo...ahora me he dado tiempo y aquí estoy, escarbando otra vez en mis recuerdos para compartir con esta hoja de papel la experiencia que fue ese gran viaje….Espero que como a los buenos vinos, el tiempo solo los mejore y que de un mejor sabor a mis recuerdos.
Todo tiene un comienzo (vaya sabiduría la mía, no?) y la idea de ir a
Empecé a averiguar y cual fue mi sorpresa cuando descubrí que el hacer voluntariado en lugares exóticos es bastante “in” entre los españoles, que mucha gente repite y que todos lo cuentan con satisfacción y alegría, así que me dije a mí misma “esto no puede ser tan malo”.
Hablé con un montón de gente de sus experiencias y de recomendaciones y parecía evidente que el destino más “fácil” era
El proyecto concreto al que iría, también surgió hablando con el amigo del amigo del amigo. Conocí a Julia, que era la encargada de coordinar a los voluntarios españoles de un proyecto llamado Luces Rojas. Luces Rojas es la casa de 200 niños sanos que habían sido recogidos de la zona de prostitutas de Calcuta por el Padre Xavier, quien se dedica a darles a todo lo que les haga falta: un techo, 3 comidas al día, uniformes, higiene, escuela, ocio y por si fuera poco….cariño.
El hecho de que los niños fueran sanos era importante para mí porque no estaba segura de poder soportar demasiadas miserias, no tenía ni la más remota idea de que sentiría al estar allá y no quería presionarme demasiado, llevaba un año muy duro y no quería complicármelo más, ya temía por mi salud mental!!
Julia, que ya había estado en Kobardanga (nombre del pueblo donde estaba la casa) y que repetía éste Agosto, me habló con tal pasión, entusiasmo y alegría de “luces” que definitivamente hice del suyo MI plan!